Con la llegada del verano y las altas temperaturas, es fundamental estar conscientes del impacto que el calor puede tener en nuestra salud. Desde afectaciones leves hasta situaciones de emergencia, es importante conocer cómo protegernos para evitar complicaciones.
Efectos del calor en el cuerpo
Las altas temperaturas ambientales pueden provocar una serie de efectos negativos en el cuerpo humano, incluyendo deshidratación, golpes de calor, mareos, fatiga y agotamiento. Estos efectos son especialmente preocupantes en grupos vulnerables, como niños pequeños, personas mayores y aquellos con condiciones médicas preexistentes.
Grupos más afectados
Los niños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas son los más vulnerables a los efectos del calor. Los niños, debido a su sistema de regulación de la temperatura aún inmaduro, y los ancianos, cuya capacidad para adaptarse a cambios bruscos de temperatura disminuye con la edad, son especialmente propensos a sufrir complicaciones.
Léa también: Alerta epidemiológica para las provincias de Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas y Esmeraldas.
Medidas de prevención
Para proteger la salud durante una ola de calor, es importante seguir algunas medidas preventivas:
- Mantenerse hidratado: Beber suficiente agua y evitar bebidas alcohólicas o con cafeína.
- Evitar la exposición directa al sol durante las horas más calurosas del día.
- Usar ropa ligera y de colores claros para permitir la ventilación y reflejar el calor.
- Buscar lugares frescos y con sombra para descansar.
- Utilizar protector solar y proteger la cabeza con sombreros o gorras.
Importancia de la sensibilización
Es crucial sensibilizar a la población sobre los riesgos del calor extremo y la importancia de tomar precauciones. Las autoridades sanitarias y los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la difusión de información sobre cómo proteger la salud durante las olas de calor.