El desbordamiento del río Teaone el pasado 4 de junio de 2023 dejó a numerosas familias damnificadas, sin hogar y en condiciones precarias. Pese a la gravedad del desastre, la atención por parte de las autoridades ha sido insuficiente, dejando a los afectados en una situación de vulnerabilidad extrema. Este artículo aborda la situación actual de estas familias y la urgente necesidad de intervención por parte de las instituciones públicas.
Impacto del Desbordamiento
El desbordamiento del río Teaone arrasó con las viviendas de 50 familias, quienes perdieron no solo sus casas, sino también todos sus enseres. La emergencia inicial generó una respuesta de solidaridad, pero con el paso del tiempo, el interés y la atención de las autoridades se han desvanecido.
“Estamos aquí desde el 4 de junio, que fue cuando el río creció y algunas de nuestras casas fueron arrasadas. Aún estamos en el albergue y nadie nos ha venido a ayudar”, relató uno de los afectados.
Proyectos como Caritas y Caemba han sido los únicos en brindar un refugio temporal a estas familias. Las casas emergentes construidas con bambú y plásticos, aunque útiles inicialmente, ya muestran un notable deterioro.
Indiferencia de las Autoridades
A pesar de los numerosos esfuerzos por parte de los afectados para obtener ayuda, la respuesta de las autoridades ha sido escasa. Los afectados han tenido que ir personalmente a las oficinas gubernamentales sin obtener respuestas concretas a sus peticiones.
“Ninguna de las autoridades nos ha ayudado. Hemos caminado, hemos ido a llevar oficios, pero ninguno se ha acercado a ayudarnos”, expresaron con desazón los residentes.
Situación de Vulnerabilidad
Entre los habitantes del albergue se encuentran adultos mayores, niños, adolescentes, madres embarazadas y personas con discapacidad. La falta de empleo fijo agrava aún más su situación, obligando a las madres solteras y otros residentes a realizar trabajos eventuales para sobrevivir.
Zoyla Castillo, una de las personas que ha estado al frente de la situación, subraya la importancia de garantizar los derechos de estas personas. La emergencia puede haber pasado, pero la necesidad de atención sigue siendo urgente.
“Esto es un derecho, no estamos mendigando. Todo el mundo tiene derecho a una vivienda. Necesitamos que alguien, por favor, no nos abandone”, clamó Castillo.
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Las familias afectadas por el desbordamiento del río Teaone esperan que las autoridades tomen acciones inmediatas para mejorar sus condiciones de vida. La ayuda proporcionada hasta ahora ha sido insuficiente, y es crucial que se garantice el cumplimiento de sus derechos básicos.
